Hoy – Lo que el Camino me ha enseñado

El Camino abrió un pasadizo de posibilidades, algo que pensaba imposible, se hizo posible. No de gratis, nada en la vida que valga la pena es gratis o fácil, hay que trabajarlo, hay que prepararse. Hay que prepararse primero para que no se vuelva imposible realmente, para no sufrirlo tanto, para generar resistencia ante la adversidad. El camino de la vida es igual, hay que prepararse, no va a ser fácil. Puedo resumir varias de las lecciones que el Camino me enseñó de la siguiente manera

– No digas «No» o «no puedo», prepárate, y haz que lo imposible que se vuelva posible.
– Aunque algo sea difícil, no quiere decir que no sea disfrutable
– Prepárate. No lo puedo decir suficiente. Prepárate física y mentalmente. Si no te preparas, el viaje se volverá una tortura y muy difícilmente llegarás a tu destino.
– Hasta que no lo vivas, no vas a entender la magnitud de tus logros
– «Nadie te quita lo bailado» El Camino es algo que nadie nunca podrá quitarte, pase lo que pase, ya hiciste le Camino de Santiago. Así con cualquier aventura y sueño que quieras alcanzar en tu vida
– Solo en el momento que tomes la decisión de hacerlo es que realmente será posible lograrlo.
– Ten a tu lado a alguien que te ame, que ames y te potencie, nunca que te reste, porque cuando vengan los momentos difíciles necesitarás unir esfuerzos y energía. Ten a tu lado a alguien que crea en ti, si no lo tienes, es mejor estar solo.
– La vida pone obstáculos, «sube y bajas rompe piernas» pero también te pone en tu camino lo que necesitas para sobreponerte y para crecer
– Valora lo que tienes, pero no te conformes con quedarte ahí, hay un camino esperándote
– Amigos que hacen el «camino» contigo, se convierten en tu familia
– No porque vayas más lento quiere decir que estés haciéndolo mal o que no vayas a llegar; no porque vayas más rápido quiere decir que lo estés haciendo mejor que los demás. Cada quien tiene su ritmo. A veces requerirá que te detengas a esperar, o veces vas a tener que obligarte a ir más rápido. Pero lo más importante, es que no abandones tu sueño, aunque falle, siempre tendrás la satisfacción de haberlo intentado.
– En los momentos más difíciles, no te detengas, ve a un mismo ritmo, pero no te detengas, resiste, avanza.
– Vendrán momentos de duda, muy serios, y generalmente son justo antes de emprender el reto y justo antes de la parte más dura antes de superarlo y lograrlo.
– Lo que adelantes hoy es recorrido que ya has adelantado para mañana.
– Con retos a largo plazo ponte metas a mediano y corto plazo, que te vayan indicando el camino, tal como la flecha amarilla y cada pueblo intermedio en el Camino a Santiago.
– Todos tenemos dones y talentos, no los desprecies, utilizarlos para llegar a tu destino y ayudar a quien te cruces en el camino. Es la mejor forma de honrar a Dios
– Registra todo lo que puedas de tus memorias, son parte de lo que eres y te has convertido y conviene no olvidarlo.

Y por último… No esperes más ni pongas más escusas para alcanzar lo que quieres, empieza hoy, porque no sabemos lo que depara el futuro ni cuánto tiempo nos queda, y lo que creces con lo bueno y lo malo (porque no todo es bueno, ni tampoco todo es malo) que lo que te quede de vida, sea corta o sea larga, puedas sentir que la has vivido con todo lo que Dios manda.

Ahora de regreso a nuestros gatos y nuestros sueños, y prepararnos para nuestro siguiente «Camino».

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